jueves, 10 de septiembre de 2009

Los origenes de La Muerte y la Doncella.

Nota: este post es un comentario sobre la obra de la que hablé en el artículo precedente. Para escuharla, echad un vistazo al anterior.

El tema del cuarteto D. 810 es un tema relativamente "recurrente", o "clásico" de la tradición alemana, ya que lo encontramos en música, como ya hemos visto, en pintura, poesía... Sobre todo durante el Renacimiento alemán, podemos encontrar alusiones a este tema, en parte también como una confrontación entre el optimismo renacentista por la vida y la muerte y oscuridad de la Edad que habían dejado atrás. Matthius Claudius, poeta romano... digoo, alemán, coetáneo de Schubert, escribió un poema en forma de diálogo entre dos personajes, la Muerte y la Doncella. En 1817, Schubert (con apenas 20 años de edad) compuso un lied (¿recuerdan lo que era un lied?) sobre el texto de Claudius, que titulo de igual forma.

Por eso de que los autores se reciclan y usan parte de su obra para crear de ella arte nuevo, Schubert se vio impelido a rescatar ese lied mientras se encontraba en la parte más profunda de su crisis depresiva, el 1824, y construir sobre él su cuareto de cuerda nº 14.

El texto de Claudius, que da origen al lied y se ve reflejado en el segundo movimiento del cuarteto, habla de una joven agonizante y sus reacciones ante el inevitable fin, ante la presencia observadora de la muerte. No hace falta establecer el paralelismo con la terrible depresión y enfermedad de Schubert, supongo.

A continuación va una especie de guía rápida de la obra por si os decidís a escucharla atentamente.

En su primer movimiento, Schubert narra el encuentro de la joven con la figura de la muerte. Los violines, en especial cuando intepretan melodías en modo may... perdón, melodías "alegres", representan a la joven y sus súplicas: "¡Soy aún joven!" Drante todo el primer movimiento, la joven suplica y huye de la muerte impertérita, durante casi un cuarto de hora.

En el segundo movimiento, más lento y lúubre, se refleja la presencia inevitable de la muerte. El cuarteto interpreta el lamento de las almas difuntas y el llanto de la doncella, y la desesperación, en un tono profundo y tranquilo muyal estilo de los artistas románticos alemanes. "Soy tu amigo y no vengo a castigarte", dice la Muerte. El movimiento va haciéndose más apasionado, y hacia la mitad, cuando la joven parece haber aceptado su destino, vuelve a relajarse la música, y aparecen de nuevo pasajes violinísticos.

En el tercer movimiento, la joven pierde todo temor y cesa en sus intentos de convencer a la muerte, pero aún la esquiva y le dice: "Sé amable y vete, no me toques."

En el último movimiento, la joven huye mientras la muerte le persigue: "¡Confía en mí! ¡No soy cruel! ¡Déjate caer en mis brazos y dormirás plácidamente!" Finalmente (ya iba siendo hora), la muerte la alcanza, la toca y su vida se apaga al tiepo que el cuarteto golpea las cuerdas con movimientos rápidos del arco (eso se llama martelé).

Dicho cuarteto se interpretó por primera vez en Viena, el 1 de febrero de 1828, poco después de la muerte de Schubert, y no volvió a interpretarse hasta el siglo XX, gracias al violinista ruso David Oistrakh, el genio violinístico del siglo pasado, que ayudó a divulgar ésta y otras obras del incomprendido compositor.

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